sábado, 23 de febrero de 2008

Nantoco


Lo supe en las diez horas de viaje a mi destino.
El lugar en que esta vez trabajaría sería desolador.

Tercera región de nuestro laaaaaaaaaaaaargo y tedioso - si se viaja por tierra - Chile, a CUARENTA minutos de Copiapó en dirección sureste se encuentra Nantoco. Pueblo pequeño, pequeñísimo; hay solamente una villa con una veintena de casas y en una de ellas, una señora que vende panes amasados, bebidas y cigarros sueltos.
Nuestro hospedaje?. Era lo más parecido a una cárcel. Containers adaptados como habitaciones, baños tipo colegio, almorzando en el casino de la empresa, una Fruticola dedicada a la exportación de las uvas.
Las tardes eras sólo una, que reiteraba el mismo sol crepuscular día tras día, quizas eso fue lo que más me gustaba. Siempre lo he dicho, los rayos ígneos de apolo son alimento para mi alma.
Esperaba con ansias los domingos en que nos trasladabamos a otros lugares de la región. Conocimos bahia Inglesa con su exquisita playa, pero fría, solo a mi se me ocurre lanzarme a aquellas aguas aún en septiembre.
El desierto de atacama. Nunca vi un lugar tan extenso y llano, me pareció extasiador, recordé a mi pequeño amigo de siempre, oteando aquel uniforme y eterno paisaje.
Puerto Viejo y sus Cuevas y playas azulinas. Bellísimo.
La playa de Ramada y el puerto de Caldera en donde pude saborear los más exquisitos mariscos.
Dentro de todo el viaje fue como deben ser los viajes; recuerdos de lugares que quizas jamás vuelva a ver, experiencias que dejan sabiduría y tolerancia. Saber que Chile no es Santiago, pero que las regiones dependen de la capital.

No hay comentarios: